jueves, 9 de noviembre de 2023

Leyendo "Los privilegios del ángel", de Dolores Redondo



 Entre el misterio, lo intimista y lo histórico, esta es la sinopsis de la novela que se ofrece en la web de la autora:

En la humilde bahía pesquera de Pasajes, en los años 70, rodeada de muelles de pesca, estibadores, humedad y salazón, se forja una fuerte amistad entre Pakutxa y Celeste, dos niñas de cinco años. Entre juegos, complicidades y travesuras, la desdicha se cruza en su camino y una trágica fatalidad las separa. Celeste, la protagonista de esta historia, sufrirá un trauma que se prolongará durante buena parte de su vida, con consecuencias terribles para ella misma y para cuantos la rodean. Vivirá la soledad de una personalidad etérea mientras una paradójica lucha se desencadena en su interior, en un intento desesperado por hallar respuestas.

«Hay mil aspectos sobre los que ya os he hablado en mis novelas y millones que me quedan por contaros, pero el primero con el que tuve que ponerme en paz fue con la muerte, y lo hice en esta novela, la primera que escribí.» Dolores Redondo

(Fuente: https://www.doloresredondo.com/novelas/los-privilegios-del-angel/ )


Miembros del Club:

-Nuestros ejemplares son una reedición con una presentación de la autora. ¿Por qué habrá añadido esa extensa introducción?

-¿Qué momento de la novela os ha impactado más y por qué?

-¿En qué género o géneros encuadraríais esta obra?


3 comentarios:

  1. I. Al estar editada en Planeta y haber obtenido su autora tal premio en 2016, es de suponer que la editorial vio una oportunidad para reeditar su opera prima, dotándola de un prólogo tras el éxito cosechado; incluso ella misma refleja que había una demanda por parte de sus lectores, quienes «reclamaban leerla» (pág. 11). Asimismo, al ser la primera que escribió y a tenor de lo afirmado en algunas entrevistas, la escritora guarda un recuerdo especial de ésta, a la par que le sirve para saldar cuentas con una realidad de la que, en su juventud, quería alejarse, pero con la que se ha reconciliado avanzado el tiempo, hasta llegar a «amarlo» (pág. 12).
    Además, dado que, al parecer, la temática diverge de lo habitual en sus obras más conocidas, sirve para ubicar al lector que la sigue, ofreciendo una revisión de ella en las líneas que componen el prólogo.

    II. Capítulos como «El lobo», «La razón y el equilibrio» y los finales son los más impactantes por lo que en ellos se narra y por las imágenes empleadas. Sin embargo, escogería «Niebla de septiembre», donde se aborda el momento en el que un alumno, Alvarito, intenta huir del aula y salir al encuentro de su madre. Madre sobre cuya vida no se vuelve posteriormente, pero a la que se envuelve en una incógnita respecto a su edad y al porqué de haberlo sido tardíamente —«[…] Asomó el rostro desencajado de una mujeruca de mediana edad, que bien podría haber sido su abuela, y le miró con angustia propia de madre añosa» (pág. 54)—.
    Anoté el pasaje al leerlo y, tras concluir la novela, cobró más importancia, pues en él se observa un momento primigenio de pérdida: la despedida de la madre y la estancia durante horas en un lugar extraño, que, previsiblemente, se repetirá durante los siguientes años de su existencia. Se recoge el desafío a la autoridad —«[…] Dio un empellón a la señorita […] Todo le importó un bledo […]»— y el intento de huida. Sin embargo, en lugar de comenzar a errar o a adoptar actitudes propias de otros personajes de la misma novela, en el caso de Alvarito se impone el principio de realidad. En aquel punto, en aquella encrucijada, tomó una senda diferente de la emprendida por otros personajes. El alumno asume su papel y sabe, desde edad temprana, que la fuga es y será imposible.
    Ya que se ha elegido la obra de una ganadora del Planeta, la cita de Salvatore Quasimodo (1901-1968) que Vázquez Montalbán (1939-2003) eligió para su obra galardonada en 1979: «'Più nessuno mi porterà nel sud'». Stuart Pedrell, Alvarito, Celeste y otros tantos. No ha lugar a interrogarse por un porvenir en el que rompiese las cadenas, en el que jugase a engañarse mediante drogas y relaciones variopintas, donde desgajara el papel asignado en la comedia, respecto a si, años después, variaría su actitud vital: «[…] Como sería para siempre […] Sin mirar atrás, ni siquiera tuvo tiempo de ver cómo su madre le lanzaba un beso mientras retrocedía hasta el fondo del patio tan acobardada como su hijo» (pág. 54). Asume su rol en el engranaje. Ni consecución de lo anhelado, ni 'libertad': estructuras que se imponen al hombre allá donde esté. Lo narrado en las páginas cincuentaitrés y cincuentaicuatro quedaría en mero conato, en canción de otra época. 'Rompe los cristales'.

    III. En cuanto al subgénero, me inclinaría por la ficción psicológica, aunque salpimentado con algún toque autobiográfico de la propia autora; tal vez no de experiencias propias —¿las naves?, ¿los portugueses?—, pero sí del entorno en el que creció, como señala en el prólogo.

    Fdo. Ángel VF.

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  2. Creo que la autora incluye esta presentación en su obra porque es bastante diferente del resto de su trabajo, que tiene una orientación más comercial y convencional. También para dar contexto a la obra, que es una primera novela, con todo lo que esto implica.
    Lo ocurrido con su marido es, sin duda, el momento más impactante (no doy más detalles, por si lee este comentario alguien que no haya llegado aún a ese momento).
    Me parece que es una novela literaria contemporánea, más basada en la vida interior de su personaje que en la acción.

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  3. Me han impactado algunos capítulos como "días lentos de intensa ira" en la pg 159 que narra lo ocurrido en el cementerio el día de todos los santos, o cuando cuenta la convivencia con su marido y sobre todo el final de la obra.
    En cuanto al género en el que la incluiría estoy de acuerdo con Ángel, ficción psicológica.

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