El chico de la última fila es probablemente la obra más popular y representada de Juan Mayorga.
Claudio es un estudiante de diecisiete años que se sienta en la última fila. No habla, no participa, no es problemático, no destaca ni por arriba ni por abajo, salvo en Matemáticas. Cada clase se le hace más insoportable hasta que Germán, el profesor de Lengua y Literatura, manda escribir una redacción sobre el último fin de semana. A partir de este momento, Claudio empieza a transformarse en alguien que observa, imagina y escribe la vida de otros en un relato por entregas para un solo lector.
Ese relato compartido por el discípulo y el maestro se convierte, poco a poco, en un juego cada vez más peligroso para ellos y para quienes los rodean. Un juego que se disputa en dos tableros: el de la vida y el de la literatura.
«Es una obra sobre la escuela, y en la escuela nos lo estamos jugando todo, como qué sociedad y qué mundo queremos». Juan Mayorga
Desde su estreno en 2006, El chico de la última fila lleva 26 producciones realizadas en todo el mundo y ha sido adaptada al cine por François Ozon, con guion de Mayorga, con el título En la casa, Concha de Oro en el Festival de San Sebastián en 2012.
(Fuente: http://www.larota.es/cat%C3%A1logo/libros-robados/el-chico-de-la-%C3%BAltima-fila )
Este es el montaje completo de la obra por la Real Escuela Superior de Arte Dramático:
Miembros del Club:
-¿Qué situación de las planteadas en la obra os ha impactado más?
-¿Creéis que retrata de forma realista la vida escolar?
-¿Cuáles os parecen los problemas más importantes que plantea?
Para mí el final de la obra ha sido lo más sorprendente. Algunos de los problemas de la vida escolar son bastante reconocibles (sobre todo para los profes de Lengua), aunque la obra tiene ya algunos años. También hay otros temas en la obra, como las clases sociales y el arte.
ResponderEliminarUna ficción inquietante, en la que la pasión de German por encontrar un alumno, Claudio, que parece tomarse en serio sus enseñanzas, le lleva a unos derroteros poco halagüeños, como el de su voyeurismo. Y todo ello acompañado de pequeñas sub-tramas muy ingeniosas, donde se tocan temas de plena actualidad, que ya se vislumbraban a principios de este siglo, como la crisis del arte o de la clase media burguesa, reflejos de la mediocridad en la que nos encontramos imbuidos.
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